Me llama la atención que hoy en día todavía hay quien juega a esto de fútbol electrónico con el -actualmente- acabado Pro Evolution Soccer. Todas las opiniones son respetables, pero la evidencia es difícilmente discutible.
Lo reconozco, he jugado al PES durante todos estos años en PlayStation y PS2 -a excepción del paréntesis 1999-2001 en los que elegía y compraba el juego de EA Sports-. Con la obra súmmum PES 6 disfruté jugando como un enano, con aquellos partidos memorables entre colegas que hacían la previa del partido de ese día en la consola. Pero ya no; el cúmulo de errores que presenta esta saga en la presente generación, escenificados en esos lamentables bugs que te venden sin remisión, esos movimientos cuadriculados más robóticos que Mazinger o esos comentarios que parecen grabados de resaca o con anginas, hacen que la saga de Konami ya no sea rival para EA Canada.
Creo fervientemente que en la actualidad elegir la saga de la empresa japonesa es más una cuestión de apego que de elección objetiva del mejor juego de fútbol posible.
Sí, yo también me compré el PES 2010 pensando que realmente era mejor juego FIFA. Las tradiciones -saludos a Tordesillas- cuestan de arrancar, extraer y subsanar; pero ciertamente, llegados a un punto, creo que negar la evidencia es mal síntoma.
Me parece que deberían haber jugado a FIFA 2001; haber descubierto Pro Evolution Soccer y gozar. Deberían jugar a FIFA 11 y volver a sentir lo mismo.